Síndrome de Ojo Seco
¿Qué es el Ojo Seco?
El ojo seco es una enfermedad crónica de la superficie ocular. Tras la reunión hace unos años del mayor grupo de expertos en el mundo sobre ojo seco se llegó a la conclusión que la correcta definición sería la siguiente: “El ojo seco es una enfermedad multifactorial de la superficie ocular, que se caracteriza por una pérdida de la homeostasis de la película lagrimal y que va acompañada de síntomas oculares, en la que la inestabilidad e hiperosmolaridad de la superficie ocular, la inflamación y daño de la superficie ocular, y las anomalías neurosensoriales desempeñan papeles etiológicos.”
Se trata de uno de los problemas más frecuentes a nivel oftalmológico y es sin duda la causa mayor de visitas en las clínicas oftalmológicas hoy en día. Aproximadamente un 30% de la población padecen en menor o mayor grado alguna sintomatología de ojo seco. En edades avanzadas este porcentaje supera el 90% lo que hace de esta patología un problema muy grave de salud pública debido a la gran cantidad de pacientes que la sufren.
Causas del ojo seco
Como bien dice la definición del ojo seco, se trata de una enfermedad multifactorial. Existen una gran cantidad de causas que pueden producir ojo seco.
Destacamos en la siguiente lista las mas frecuentes:
- Edad avanzada
- Sexo femenino
- Problemas hormonales
- Uso de lentillas de contacto
- Consumo de tabaco
- Consumo de algunos fármacos como antidepresivos o antihistamínicos.
- Tratamientos contra el cáncer como radio o quimioterapia
- Cirugías oculares previas
- Enfermedades autoinmunes (Síndrome de Sjögren, Artritis Reumatoide, Hipotiroidismo…)
- Enfermedades dermatológicas (Rosácea, dermatitis atópica…)
- Déficit de vitamina A
- Factores ambientales (contaminación, aire acondicionado, calefacción…)
- Síndrome visual del ordenador
¿Qué tipos de ojo seco existen?
El síndrome de ojo seco se puede clasificar en tres grandes grupos en función de la patología de base que exista. La lágrima normal de una persona está compuesta, a grandes rasgos, por tres componentes fundamentales. Una parte acuosa, una parte lipídica y una parte mucosa.
- Ojo seco acuodeficiente: se produce en los casos en que la parte acuosa de la lágrima se vea muy disminuída o ausente. Este tipo de ojo seco se presenta en patologías asociadas a la glándula lagrimal principal (tumores, cirugías, problemas en la secreción). Existen una patología que se llama Síndrome de Sjögren que es una enfermedad autoinmune donde la mayoría de las mucosas del cuerpo se secan. Es muy común en este tipo de pacientes que además de referir sequedad ocular también refieran sequedad bucal.
- Ojo seco evaporativo: si existe una alteración en la capa lipídica o en la mucosa, la lágrima “aguanta” poco tiempo encima del ojo, se evapora antes y en consecuencia el ojo se seca. La principal patología de este grupo es la disfunción de las glándulas de Meibomio. Estas glándulas se encuentran en el borde de los párpados y son las encargadas de excretar una capa aceitosa que se mezcla con la lágrima y que permite que esta tarde más en evaporarse.
- Ojo seco neurotrófico: en casos donde la córnea ha perdido la sensibilidad por una disminución o ausencia de los nervios corneales se puede producir un ojo seco. Si la córnea no “nota” que está seca, no se pueden mandar los impulsos nerviosos necesarios para que la glándula lagrimal secrete lágrimas. Esta pérdida de sensibilidad se encuentra en patologías como la queratitis herpética donde el virus del herpes es capaz de reducir la sensibilidad corneal.
¿Qué síntomas produce el síndrome de ojo seco?
Esta patología puede producir un gran abanico de síntomas que pueden ser extremadamente molestos para el paciente. Podemos encontrar:
- Ojo rojo
- Sensación de arenilla o cuerpo extraño
- Dolor
- Irritación
- Lagrimeo
- Picor
- Escozor
- Fotofobia
- Visión fluctuante
- Disminución de visión
¿Cómo se diagnostica el ojo seco?
Existen un gran número de pruebas complementarias para diagnosticar el síndrome de ojo seco y para categorizar el tipo de ojo seco que sufre el paciente. Sin duda lo más importante es basarse en una correcta historia clínica para conocer los antecedentes, las enfermedades generales, el uso de medicamentos, etc. Seguidamente una exhaustiva exploración ocular nos permitirá ver como están las glándulas de Meibomio, como se encuentra la conjuntiva y si existen lesiones en la córnea. Dentro de las pruebas complementarias podemos realizar:
- Test de OSDI
- Tiempo de rotura lagrimal
- Test de Schirmer
- Prueba de osmolaridad
- Meibografía
- Test de aclaramiento
- Estesiometría
Tratamiento del ojo seco
En función de la causa y el tipo de ojo seco que presente el paciente podremos realizar un tratamiento u otro para el síndrome de ojo seco. La base del tratamiento de cualquier ojo seco es el uso de lágrimas artificiales que deben contener ácido hialurónico y no tener conservantes. Esto último es muy importante puesto que los conservantes pueden empeorar cualquier situación de ojo seco.
Para tratar la blefaritis y la disfunción de las glándulas de Meibomio es imprescindible una correcta higiene del borde de los párpados ayudados con toallitas oftalmológicas. Estas nos ayudaran a mantener el borde palpebral lo más limpio posible de cualquier microorganismo y de grasa. En caso de tener una afección grave de las glándulas de Meibomio, realizar terapias de calor ha demostrado mejorar considerablemente la sintomatología de los pacientes. En casos de bordes palpebrales muy dañados asociados a enfermedades dermatológicas o inmunológicas el uso de antibióticos vía oral como la doxiciclina puede ayudar a controlar la enfermedad.
En casos de portadores de lentillas de contacto que acusan un importante ojo seco, deben intentar reducir el número de horas con las lentillas puestas y utilizar lágrimas artificiales a diario.
Los pacientes que tienen que trabajar muchas horas frente al ordenador que sufren síntomas de ojo seco probablemente padecen el síndrome visual del ordenador. Una persona parpadea de media entre 12-14 veces por minuto. Cuando nos ponemos frente a una pantalla, la frecuencia de parpadeo se reduce hasta 1-3 veces por minuto. Es evidente que con esta disminución tan acentuada se producen problemas de sequedad ocular. Por ello, recomendamos realizar descansos visuales cada 15-20 minutos. Es importante acordarse de parpadear cuando estamos frente al ordenador y si a pesar de eso continúan los problemas emplear las lágrimas artificiales frecuentemente.
En casos de ojos secos muy severos podemos utilizar antiinflamatorios tópicos e incluso colirios fabricados de la propia sangre del paciente (suero autólogo o plasma rico en plaquetas)
En cualquier caso, los pacientes que sufren de ojo seco, deben acudir al médico oftalmólogo para que este haga un correcto diagnóstico y pueda dirigir el tratamiento en función del tipo y la gravedad de la patología.
¿El ojo seco se cura?
El síndrome de ojo seco es una enfermedad crónica por lo tanto debemos emplear la palabra curación con muchas reservas. Realmente el ojo seco se alivia y no se cura. Con los tratamientos actuales somos capaces de aliviar los síntomas durante la mayor parte del tiempo. Sin embargo, siempre pueden existir recaídas debido a la multifactorialidad de la enfermedad. Lo mas importante es ser consciente de ello y ser constante con el tratamiento para poder estar sin molestias.